jueves, 30 de agosto de 2012

Un Amor Escrito en el Pensamiento III (cont.)


Ella guardaba en su mente cada palabra, cada gesto, cada suspiro que cualquier ocasión le dejaba en su recuerdo, desde el primer día hasta el último… Estaban todos en su pensamiento  y  aunque estaba despierta cada cosa que pasaba a su alrededor solo le hacia recrear en su memoria historias que se entrelazaban dulcemente.

Creía… Sentía que ese amor era el más puro y natural, nada podía ser más hermoso porque era un amor que nacía de la inmensidad del sentimiento, un amor que se refundiría en el viento y que solo se dejaría encontrar por estos dos seres que se buscaban sin saberlo.

Los momentos de incertidumbre varias veces llegaron a su mente, mil momentos de tristeza tocaron su alma, algunos instantes de rabia confundieron su corazón,  porque la impotencia amarraba sus ansias de vivir, de sentir aunque fuera un solo instante el abrazo que solo el amor verdadero puede dejar grabado con tinta indeleble más allá de la piel.

Cuantas veces trató de borrar el aliento que su amor dejo en cada centímetro de su cuerpo, cuantas veces intento desvanecer las ganas de correr hacia sus brazos, cuantas veces deseo olvidar aquella tarde cuando por primera vez sus ojos se cruzaron en la causalidad de la existencia.

Todo fue en vano ya era tarde, nada lograría retroceder el tiempo, nada podría disipar este apacible sentimiento que estaba ya esculpido en la realidad de su ausencia, tampoco quería ya nunca olvidar que algún día sus vidas se cruzaron en el camino, no quería desconocer que todo esto que le revolvía el alma, que enloquecía su mente, que le enredaba la vida, era la sensación más maravillosa e inexplicable que jamás había sentido.

El solo pensar en la posibilidad de su cercanía la hacía volar precipitadamente al mundo irreal de sus deseos, teniendo siempre la incertidumbre de si él querría algún día volar con ella al hermoso mundo de su insensatez.

AATS

 

 

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